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lunes, 23 de junio de 2014

PEDIDO ESPECIAL PARA ESTA NOCHE

Me he quedado dormida como siempre, con las gafas puestas y el libro abierto sobre el pecho. Hace mucho que descubrí el placer de ir tejiendo suavemente la historia que leía con los sueños que ocuparían la primera fase de mis noches...lánguidamente se van metiendo en mi mente hasta que yo me abandono en una somnolencia placentera sin darme ni cuenta.

Se que estoy despierta pero me niego a abrir los ojos porque, lo que más deseo en este mundo, es continuar sintiendo la dulce sensación de estar suspendida en otro mundo...aprieto los párpados y espero tranquilamente volver a caer en la feliz inconsciencia que vivía hace cinco minutos. Me giro de costado aún sabiendo que la gafas me molestarán y terminaré desvelándome del todo para, en un gesto de fastidio, acabar quitándomelas, cerrando el libro y apagando la luz.

Si eso ocurre, la magia habrá desaparecido...el sueño se habrá esfumado y la noche me habrá vencido de nuevo.

Abajo en la playa, la gente está disfrutando de su verbena de San Juan, con sus fuegos artificiales y las hogueras preparadas para quemar en ellas lo que ya no nos sirve o lo que nos trajo dolor durante el año; demasiado ruido para alguien que ama tanto el silencio y la tranquilidad como yo.

Si pudiera evadirme un poco más de la realidad y de las explosiones de la celebración....si hago un esfuerzo podré volar hacia otro lugar?. Decididamente me he desvelado....nada me devolverá al mundo en el que estaba planeando y en el que me sentía tan bien.

Y en ese momento lo noto....un leve roce que aparta el mechón de pelo que cae sobre mi frente, un movimiento casi imperceptible que me quita las gafas y las deja sobre la mesilla junto al libro que contiene la historia de una mujer en llamas....Creo que estoy soñando otra vez; me parece estupendo...me abandonaré de nuevo para ver hasta dónde me lleva.

Sueño que un dedo recorre mi nariz dulcemente...y sigue bajando hasta los labios, rodea suavemente el borde y se recrea en el pliegue de piel que forma la comisura. No puedo evitarlo; me hace cosquillas y sonrío; no está mal para ser parte de una ilusión onírica.

Ese dedo perturbador sigue recorriendo mi rostro, acariciando mi mejillas y regodeándose en la piel suave de mi boca. El juego me está encendiendo y parece más propio de algún experto amante que de mi insulsa imaginación. Ahora baja por el hueco de mi garganta y se recrea en el canal que forman mis pechos....Esto ya no es un sueño; puedo sentirlo perfectamente!

Abro los ojos y estás ahí, con tu mirada socarrona clavada en mí...con una media sonrisa tatuada en tu cara y unas manos calientes con ganas de entrar en acción...eres tú; mi más dulce objeto de deseo. Y has venido a pasar esta noche de brujas conmigo metiéndote en mi cama sin que yo me diera cuenta.

Sin dejarme ni reaccionar, me coges por la cintura y me acercas a tu cuerpo que arde como una antorcha...esa sensación que casi me quema provoca que mi sangre comience a agitarse poco a poco...tu pierna enlazada entre mis muslos....tu pecho presionando el mío...tu aliento en mi boca y nuestros labios a punto de estallar en un frenesí de deseo.

No te preocupes; no me pienso resistir...y espero que tu tampoco lo hagas. Percibo tu intención que crece junto a mi vientre y reprimo un jadeo de excitación cuando me susurras al oído que sobra mucha ropa entre nosotros...Quítala!...atrévete!...a qué esperas?

Hace tiempo que no sentía una piel abrasadora pegada a la mía, ese calor que se transmite por contacto y que hace hervir todo lo que toca; mi sangre ya está en ebullición.., lo puedes notar, verdad?

Pues no te pares ahora....La noche promete una locura de la que no querremos arrepentirnos: queda mucha dermis que explorar y muchos resuellos que no vamos a reprimir. Hoy te voy a pedir más de lo que quizás ninguna mujer te haya pedido nunca. Si esto es el infierno y yo soy tu bruja, el fuego de tu lengua será lo que me haga sentir en casa.

Ahora te recuerdo....fuiste lo que le pedí a la última luna de primavera mientras, rojiza e inmensa, aparecía indolente sobre el mar...son los mismos ojos de color indefinido que deseé, las mismas manos fuertes que quise que me acariciaran...tú eres mi pedido especial de San Juan y tu abrazo sobre mi cintura lo que quería recordar una vez más.

Ahora sentirás el mío, ceñido a ti en mi último éxtasis, mientras mis uñas crispadas sobre tu pecho tratan de no herirte.

No te vayas aún.....queda mucha noche de aquelarre para dos endiablados amantes que nunca tienen bastante... He de amortizar al máximo el regalo de tu presencia y, mientras, agradeceré al destino que haya tomado tan buena nota del pedido especial que hice para esta noche.


She wanted no applause
Just another course
Made a meal out of me and came back for more
Had to cool me down
To take another round
Now I'm back in the ring to take another swing.

Cause the walls were shaking
The earth was quaking
My mind was aching
And we were makin in and you

Shook me all night long



domingo, 8 de junio de 2014

LA PACIENCIA PRODUCTIVA O LA CONVENIENCIA DE GUARDAR EL TERMÓMETRO EN DEL CAJÓN

He sufrido lo que yo denomino el síndrome del corredor dormido y, sinceramente, ya era raro que no me hubiera pasado antes...ésto de levantarse antes de las seis para ver amanecer mientras corro, tenía que terminar pasándome factura tarde o temprano.

Y lo llamo "del corredor dormido" porque, a las cinco y media de la mañana, tu mente ha puesto el automático solo para cepillarte los dientes, ponerte las zapatillas y acordarte de coger las llaves de casa como mucho... para el resto de cosas medianamente importantes aún necesita activarse al 100% tras unos cuantos kilómetros.

En eso andaba yo...en despertar las neuronas mientras dejaba a mi cerebro desarrollar las ordenes precisas para poner en marcha el mecanicismo de la pisada y el de evitar las farolas paradas (porque las que vienen de frente hacia ti a gran velocidad...esas no hay quien las sortee). Lo dicho...iba dormida aún y con el cansancio propio de a quien se le hace eterna la espera hasta el puente festivo siguiente.

Crucé la nacional cuando vi el semáforo en rojo como siempre hago...y pegué las primeras zancadas para alcanzar la acera que va hacia la estación y el paso subterráneo hasta el puerto...Error de cálculo!! en vez de apoyar todo el metatarso sobre el bordillo, me quedé corta e hice todo el apoyo casi en la zona final de los dedos; las zapatillas intentaron evitar en lo que pudieron el desastre, pero el movimiento forzado de mis articulaciones dactilares hacia arriba no presagiaban nada bueno.

Consecuencia?....que tal y como crucé la carretera tuve que "descruzarla" y volverme a casa, sin amanecer, sin activación coronaria, sin dopamina, serotonina, endofinas ni nada de nada..eso sí...despejada del sueño como un búho a las 3 de la mañana!

Como no he ido al médico, aún tengo la esperanza de que no se trate de fracturas o fisuras oseas. Voy a hacer gala de mi positivismo "a patadas" y a concluir que tan solo es una distensión de ligamentos que, con cierto descanso, litros de reflex e inmersiones periódicas del pié en el mini-escenario de Titanic que me monto con cubitos de hielo en el balde de la ropa, en unos días estará perfectamente (o al menos no dolerá tanto).

Así que ahora solo me queda que planificar una dulce paciencia productiva que, como la mayoría de mis "palabros" será necesario explicar para que, si algunos de mis lectores necesitara tirar del concepto en un momento de emergencia, sepa aplicar los principios y leyes que le dan su utilidad.

Hace nada hablé justamente con un amigo sobre ello; se encuentra muy enfadado con la vida porque, al igual que me ocurrió a mi hace unos meses durante la enfermedad de mi padre, el universo parece confabularse contra sus ganas de hacer cosas y le obliga a quedarse en stand-by sin poder avanzar ni para atrás ni para adelante. La dependencia de nuestros mayores hacia nosotros cuando ya tienen ciertas edades, es algo duro para ambas partes, algo que se debe asumir con perspectiva serena y grandes dosis de sentido común (y de paciencia...de eso "a espuertas").

Pero no hablo de la paciencia nerviosa de quien espera que dentro de 5 minutos las cosas cambien...como el aguante del ciudadano que aguarda a que, en las próximas elecciones, la cosa varíe de verdad y aparezca por fin una clase política honrada y con ganas de trabajar con entusiasmo por los "de a pié" (Uyyyyy...me salió sin querer....siento mucho la crítica gratuíta!.). Esa paciencia tiene una vida útil bastante corta...casi como la de un porro de hachís en la puerta de un instituto (...es que lo del caramelo en la puerta de un colegio ha quedado ya desfasado...no?).

A todos nos pasa....en nuestra vida ocurre un imprevisto que, de repente, no nos queda más remedio que barajar; algo incordioso y que no nos aporta mucho valor añadido (o sí....pero eso no lo sabremos hasta el final de la experiencia). No no gusta, no lo hemos buscado...simplemente apareció y no supimos (o quisimos) evitarlo.

Son situaciones que, simplemente, han de pasar con su "tempo" correspondiente y ante las cuales podemos hacer bien poco...tan solo esperar a que transcurran de forma natural....Como esas fastidiosas gripes primaverales que nos anclan en la cama rodeados de un mundo indeseado de paracetamoles, aspirinas y montañas de pañuelos de papel hasta que, el dichoso virus, decida irse por la misma ventana por la que entró.

Cuando estas gripes llegan, solo podemos tener dos aptitudes posibles;....o nos enfadamos con la mutación del virus que el año pasado también nos fastidió la semana de vacaciones,.... o aceptamos que nos quedan unos días de cama que podríamos dedicar a aquellas cosas para las que nunca tenemos tiempo suficiente.

De nada sirve estar mirando el termómetro cada 5 minutos esperando vislumbrar anticipadamente nuestra mejoría; la temperatura bajará cuando el sistema inmunológico decida que ya se ha cargado a los bacilos y gérmenes que nos estaban atacando y las ganas de hibernar  irán pasando poco a poco a medida que nos vayamos encontrando más fuertes (por cierto...sabíais que la palabra gripe deriva de la palabra suizo-alemana "grupi" que significa "acurrucarse"??). Mejor guardar el termómetro en el cajón y utilizar el tiempo en cosas productivas como limpiar el ordenador de ficheros inútiles y desfasados, dar un repaso al inglés oxidado que estamos usando últimamente o leernos el manual de la tele a la que nunca le sacamos el rendimiento que merece.

A mi amigo le queda una temporada de cuidar a su padre con achaques y entradas y salidas más o menos continuas al los servicios de urgencias o al médico de cabecera....Podría haber sorteado la responsabilidad, pero dudo mucho que sea de ese tipo de personas (seguramente se encontrará tan mal eludiendo su deber como hijo, que no podría disfrutar de la liberación conseguida con ello). A mí me quedan días y semanas sin poder ir a soltar adrenalina embutida dentro de mis mallas de running y, aunque sé que la comparación es desmedida, creo que lo más sensato es aceptar que tiene que pasar "sí o sí"  un tiempo en el que debemos poner nuestro motor en punto muerto porque el semáforo se ha puesto en rojo.

Lo que hagamos hasta que la luz cambie a verde debería finalmente dejarnos el sentimiento de que, el tiempo transcurrido, no ha sido estéril o yermo, sino que hemos sabido aprovechar los "stop & go" de  nuestra vida para, porqué no, desarrollar otras facetas y adquirir nuevas habilidades.

Yo, por lo pronto (y más aprovechando el impasse de mi lesión), sigo fomentando mi sensibilidad hacia la música...intentando oír aquello que antes me pasaba desapercibido. No es que vaya por ahí con un audífono en la oreja como otros (que yo me conozco...) van de excursión con una lupa para no perderse detalle...sencillamente me dejo cautivar con las melodías y letras que antes ni apreciaba y que, desde este post, me apetece compartir con vosotros.

Me daría mucha alegría que, como compensación, me hagáis partícipes de vuestras melodías y canciones para descubrir, de algún modo, un poco más aquellos mundos que aún no me habéis mostrado.

Hoy le toca el turno a una canción que se llama somebody that I used to know y cuenta esas circunstancias kafkianas que hacen que, tras el final de una relación sentimental, uno de los protagonistas termina tratando al otro como un perfecto extraño y, cómo la persona que lo sufre, puede sentirse realmente dolido ante esta actitud.

El autor es un europeo afincado en Australia que, en esta versión, canta con la neozelandesa Kimbra y cuyo vídeo es toda una obra artística que merece la pena visualizar. Os dejo, como siempre, un extracto de la letra para que podáis apreciarla mejor:

Now and then I think of when we were together 
like when you said you felt so happy 
you could die 
told myself that you were right for me, 
but felt so lonley in your company 
but that was love and it´s an ache i still remember 

You can get addicted to a certain kind of sadness 
like resignation to the end 
always the end 
So when we found that we could not make sense 
well you said that we would still be friends 
but I´ll admit that I was glad that it was over 

But you didn´t have to cut me off 
make out like it never happend 
and that we were nothing 
and I don´t even need your love 
but you treat me like a streanger 
and that feels so rough