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domingo, 14 de septiembre de 2014

LA ALFOMBRA MÁGICA DE SHEREZADE

Sherezade miraba a los ojos al sultán que, embelesado por la belleza del relato, esperaba con ansia el final de un cuento que su hermosa narradora nunca terminaría de contarle. Otra historia y otra noche adicional que, gracias a su ingenio, le permitiría vivir un día más.

Alan miraba de reojo a su diosa rubia dando tragos a una cerveza que terminará calentándose en su mano mientras observaba como ella, atenta a las piezas del puzzle, buscaba la que encajaba en esa extraña figura del borde. Aquello no tenía ni pies ni cabeza....varios días intentando llevársela a la cama y cuando por fin ella le invita a subir a su casa, le ofrece una bebida, se cambia en su habitación para ponerse unas mallas deportivas, una camiseta holgada y su propia piel por zapatos. Y después de ésto, que presagiaba una noche interesante,...nada!...ella pone piezas recortadas en un trozo de cartón y él se siente como si fuera invisible.

La divertida Serena levanta de vez en cuando la vista de la imagen incompleta y lo mira con una media sonrisa....no está probando su paciencia pero su actitud le está proporcionando una situación bastante amena...la cara del que ella está segura será su próximo amante es todo un poema; está por coger la cámara y rematar la escena con una foto que colgar en Facebook.

Pero no es de esas que les guste bromear ni reírse de los hombres...no es su estilo. Si algo la ha definido con sus relaciones amorosas es el haber sido siempre sincera y auténtica. Solo pretende crear ese silencio calmo que antecede a la conversación sustanciosa y con sentido común que necesita para explicarse correctamente ante él.

Tiene una bonita sonrisa...una par de hoyuelos se le forman por encima de la comisura de los labios y le dan un aspecto de sencilla franqueza que a tanto ha gustado siempre a los hombres que la han besado.

- Tranquilo...no te he traído aquí para que me veas completar un rompecabezas. Pero lo cierto es que  tú te estás convirtiendo en el mio durante estos dos días que llevo conociéndote. Me gusta tener la seguridad de que aún sé encontrar las piezas que encajen antes de dar ningún paso más contigo.

Alan arquea las cejas y sonríe un poco nervioso...ninguna conquista conseguida a su más puro estilo Don Giovanni le había hablado así....Uyyyy...a ver por dónde sale todo ésto; no se habrá metido en camisas de once varas?

- No te asustes, pintor de sensaciones....los que me conocen un poco saben que soy más gatita que tigresa...no te voy a comer...aunque pensándolo bien....- ella ríe socarronamente mientras le guiña un ojo.

Ambos esbozan un gesto distendido que les hace experimentar esa sensación de "estar en casa" que a todos nos hace sentir tan relajados.

- Llevas piropeándome desde el mismo momento en que nos encontramos; medio en broma me propones cosas que parecen encaminadas a que me arroje en tus brazos en modo romántico o que me tire sobre ti en plancha al más puro "instinto básico". Y te prometo que no tengo ningún reparo en reconocer que, si continuas así, vas a conseguir alguna de las dos cosas. Pero no te equivoques....tus encantos de Don Juan no van a provocar un abandono de mi voluntad

Serena respira profundamente en un casi silencioso suspiro y vuelve a centrar sus ojos en una pieza buscada, encontrada y que encaja perfectamente en un lado de la fotografía que ya se sabe de memoria.

- Si te he traído aquí y te he dado una cerveza mientras me observas silencioso, es porque trato de ordenar lo que te tengo que decir, necesito poder explicarte, sin que suene absurdo, que deberías tener cuidado con lo que deseas....no soy una mujer muy convencional...podemos hacer el amor si es lo que deseas...pero tendrías que sopesar que puede haber "daños colaterales para ti"...te dejo tiempo para que lo medites previamente... Los hombres que han entrado en mi vida en un plano físico y/o anímico nunca han olvidado ni mi cuerpo ni mi alma.

Alan comienza a sentir un pellizco en el estómago de verdadero placer...ni duda de sus palabras porque, de repente, puede percibir la fuerza interior de Serena, su intensidad, su profundidad y se da cuenta de que, como dice la canción, tiene toda la pinta de que tendrá puro veneno en la piel.

Ella se le aproxima....se pone de puntillas para poder acercar los labios al oído de Alan...y casi en un susurro le dice:

- Debes saber también que, si te permito estar de pié aquí sobre mi alfombra, es tan solo porque ya he decidido que hoy no podrás olvidar mi cuerpo....solo me queda dilucidar si, además de a tu garganta, voy arrancar un ronroneo de placer a tu mente que debe estar cansada ya de tanto ruido sin nueces.

El vello de la nuca de Alan se ha erizado casi dolorosamente al sentir el aliento cálido con aroma a canela que sale de la boca de ella. Ahora solo sabe que debe buscar una coraza lo antes posible o, por el contrario dejarse desarmar por esas manos de dedos finos que ahora ella tiene apoyada sobre su corazón.

Él la mira a los ojos, contemplando el abismo de sus oscuros iris....ya conoce que su decisión acaba de salir de lo más hondo de su ser...nada puede temer....nada que perder y tantísimo que ganar....y la besa profundamente notando el ardor de sus labios y la frescura de su lengua.

Con la pierna retira a empujones la mesa que le estorba para, suavemente, tenderla sobre la famosa y mullida alfombra roja del salón mientras sus manos buscan con avidez la suavidad de su piel.

Serena ya ha cerrado los ojos y abierto su alma...y piensa en los abejorros que no han hablado aún con los de la Nasa, o en la linfa bombeada dentro de las alas de las mariposas...pero sobre todo nota el deseo que le está inundando todo su cuerpo.

Alan le coge la cara para obligarla a abrir los ojos y con una voz casi infantil le dice...

- Mi apetitosa Sherezade....déjame viajar contigo en esta alfombra roja.... que, por lo que veo, promete ser tan mágica como tú.

Serena nota la erección de su amante y piensa en algo tan tonto como que los policías de paisano continúan bien armados hasta fuera de servicio....Y en que, en este viaje tan placentero, quizás se acerque a contemplar el sol de media noche más allá de los fiordos noruegos...será una grata experiencia que no se va a perder.