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domingo, 25 de agosto de 2013

TRASTOS EN EL FONDO DE NUESTROS ARMARIOS DE APRECIOS

Durante este retiro del mundo que estoy haciendo, he querido aprovechar el tiempo, no solo en gratificantes lecturas y en meditaciones aún más valiosas, sino en hacer limpieza general de algunos rincones de casa que, a base de ir relegando cada fin de semana  su mantenimiento en pos de mejores cosas que hacer, se estaban convirtiendo en auténticas selvas de desorden.

Empecé por lo sencillito y más cuidado para evitar que los primeros esfuerzos me hicieran desistir de ir un poco más allá cada día hasta que todo el trabajo estuviera acabado correctamente. Pero tarde o temprano le tenía que tocar a esas auténticas habitaciones de trastos en las que ya no queda más remedio que hacer, como dice el gobierno, una verdadera reestructuración profunda de todo lo que hay dentro (espero que el resultado final dentro de mi casa sea, cuanto menos, más efectiva e inmediata).

Llevo 3 días dedicándole unas 4-5 horas a mi cocina y parece mentira la cantidad de trastos inútiles que pueden llegar a caber dentro de unos cuantos armarios y cajones. Estoy por montar un baratillo con todas aquellas cosas que, compradas por simple capricho, a lo sumo, han sido usadas un par de veces que yo recuerde.

Mientras sacaba y clasificaba tanto "gadget" superfluo empecé a pensar en esas "amistades trastos" que muchos llegamos a tener y de las que no nos terminamos de desprender nunca en un "por si acaso" y que terminamos arrinconando al fondo de nuestros propios armarios de los apegos.

Me vino a la cabeza Rafa y su don para concatenar palabras tan grandilocuentes que nadie era capaz de seguirle la conversación durante más de 10 minutos sin caer en presa de un derrame cerebral por el esfuerzo mental realizado. También me acordé de Martínez, antiguo COE (Cuerpo Especial de Operaciones para los que no hayan hecho la mili) que, tras algunos años comiendo saltamontes y collejas en el monte en el que los dejaban perdidos, su mente se quedó "pillada" e incapaz de contener sus impulsos emocionales más básicos...debías estar siempre midiendo las palabras y el gesto para que no interpretara ningún tipo de agresión verbal porque entonces, o te sacabas del bolso el chaleco blindado de emergencia, o te volvías a casa con la mala leche de un legionario cabreado.

Olga y su artificial glamour subido a tacones de más de 15 cms, Susana y su estúpida obsesión por vivir en los mundos de Yupi a pesar de los palos amorosos que le daba la vida continuamente, a Roberto con ese afán de no quedar mal con nadie a costa de fastidiar a todos.

De todos ellos sólo puedo enumerar una característica común que les ha hecho mantenerlos en mi mente clasificados en el apartado de "amigos"...y es que todos, absolutamente todos, eran más o menos buenas personas a pesar de sus particularidades (llamémosles rarezas) y que, con todos, he compartido algunos momentos que han quedado catalogados en mi recuerdo como buenos.

Pero, como dijo un gran AMIGO (esta vez con mayúsculas, en cursiva y negrita...y no le pongo acento para que el corrector automático de texto no me ponga nerviosa mientras escribo), que tiene mucho de filósofo; tendemos a confundir la amistad con la inercia y a acumular "amistades trasto" solo por el hecho de que, mientras haya espacio en los armarios, normalmente se guardan "por si las moscas"....eso sí...en un rinconcito para que no estorben.

Todo surge en situaciones en la que conocemos a algunas personas, se comparte algún momento puntual y la cosa no sale mal del todo...se repite unas cuantas veces y, cuando acuerdas, se ha convertido en un hábito estar con ellas mientras las circunstancias sean favorables a mantener dicha costumbre. Pasan los años y de repente las denominas "amistades" aunque entiendas que, cuando llegan épocas duras y sin extrañarte lo más mínimo, se van de vacaciones, el trabajo no les permite llamarte o se les pone muy enferma la suegra.

Pero lo cierto es que, si tienes penas y dolores del alma, jamás se te ocurre acudir a ellos...y, por el contrario, si la vida de regala momentos de auténtica felicidad que deseas celebrar, nunca los llamas para compartirlos. Poco a poco se van arrinconando aún más al fondo del mueble....porque lo que llega nuevo, si bien no sabes catalogar aún su calidad, al menos si es novedoso y con posibilidades futuras.

Ya de por sí, cuando tienes auténticos amigos, muchas veces recibes decepciones y desengaños en pago a tu amistad. Son cosas que asumes porque todos somos inseguros o equívocos y, a veces, fallamos cuando más se nos necesita. ¿Cuantas veces hemos salido a defender los intereses de alguien muy apreciado para demostrarle todo nuestro afecto y, como respuesta, has encontrado, no un abrazo y un "eres de lo mejor", sino tibieza o, incluso, un " no te metas dónde no te llaman"?. Tambien es que quizás confundimos la amistad con la tutela de un niño sin capacidad de razonamiento, cuando, reconozcámoslo, somos ya grandecitos para pedir las cosas cuando se necesitan.

De cualquier modo, sería un buen ejercicio para todos mantener el feeling de las buenas amistades verdaderas, a pesar de las meteduras de pata usuales y de fácil absolución, y hacer limpieza de interiores de vez en cuando;......hacer como yo.....abrir las puertas, mirar lo que has ido guardando y que no sirve, y hacer espacio a esas nuevas personas que tratan de buscarse un huequecito en tu vida porque te aprecian de veras esperando no acabar, con el tiempo, en ese fondo de difícil acceso en donde termina todo lo vano e inútil.




lunes, 19 de agosto de 2013

PATROCINAME, POR FAVOR

Se me ha ocurrido la feliz idea de empezar a interesarme un poco más profundamente por el mundo "coaching" con la esperanza de que, todos esos amigos que dicen tenerme como coacher desde que me conocen, puedan hablar sobre mis peroratas con un poco con más fundamento al respecto.

Hoy justamente he estado indagando sobre una función importante de todo buen entrenador que consiste en hacer aflorar de forma patente esos talentos, cualidades y virtudes que están dentro de ti de una forma tan natural que ni tu mismo las reconoces. Esta función se llama PATROCINIO y es una de las acciones que distingue a un buen coach profesional de un vendedor de humo.

¿No os ha pasado alguna vez que de repente alguien ha valorado positivamente vuestra forma de hacer determinada cosa y os habéis quedado sorprendidos por ello ya que nunca pensabais que eso fuera importante?. ¡Pues no va a ser que mi capacidad de escucha y empatía es ahora una de mis cualidades más envidiadas!.

Normalmente se trata de aptitudes o capacidades que hemos desarrollado sin siquiera potenciarlas, en unos casos,....o ejercitándolas "ex professo", en un afán por no ser menos que los demás, o simplemente de "no dar la nota". Como quiera que fuera el nacimiento del retoño, el caso es que existen dentro de nosotros formando parte importante de nuestra natural personalidad y, seguramente, las estamos usando a diario para resolver situaciones, cuanto menos, de forma airosa.

Dándole vueltas al tema y buscando ejemplos que ilustraran el concepto de patrocinio, he recopilado entre mis amistades algunos interesantes que quiero compartir hoy.

Hay quien tiene el don de la tozudez....llueva o truene, caiga granizo o se derritan las neuronas por un sol de justicia, si en su mente está que debe hacer algo porque así lo ha decidido, no te preocupes, que lo hará. Y ésto, que en un principio suena hasta despectivo, no es sino una magnifica cualidad para el trabajo en equipo ya que, si acuerdas con esta persona alguna acción en concreto de la que dependa tu trabajo (o incluso tu vida), puedes confiar tranquilamente en que esa acción se llevará a cabo en el tiempo estipulado.

Otras personas son los reyes del conformismo, las he visto en situaciones duras de la vida e incluso en coyunturas personales realmente indignantes y de su boca solo ha salido un tímido "es lo que hay!". Reconozco que, a veces, me han sacado un poco de mis casillas teniendo en cuenta lo "inconformista" que soy yo por principio. Pero he de reconocer, que tener ante la vida esta actitud en que se mantiene siempre la calma, es algo que en ocasiones he necesitado yo en dosis considerables....otro gallo me hubiera cantado de haber tenido esta santa paciencia.

En contraposición a estos amigos...tengo al que siempre anda enfadado con la vida porque no es justa y se pelea como gato panza arriba con ella. Son "culillos de mal asiento" que están continuamente haciendo cosas nuevas y solucionando lo que ellos llaman desaguisados que hay que "aguisar a patadas si toca". Estos casos también me ponen un poco de los nervios; son los típicos amigos que te dicen que están en Nerja y cuando acuerdas te llaman para preguntarte si te vas con ellos a Noruega porque en el Mediterráneo hacía mucho calor. Sin embargo, son personas que siempre están creciendo a todos los niveles, experimentando, aprendiendo, sin esas ataduras sociales y culturales que nos anclan demasiadas veces a la silla de lo monótono con tal de no arriesgarnos a nada.

Estoy contando estas dotes de forma algo negativa y no parece que les esté elogiando precisamente...pero lo hago así porque, en el fondo, estas grandes cualidades de mis amigos, nunca han sido valoradas de forma efectiva por razonamientos negativos como los que yo he expresado....A mis amigos, seguramente no les han dicho nunca lo preciado de sus aptitudes y actitudes innatas...muy al contrario les han llamado "cabezotas", "pachorras" e "inconstantes". Toda su vida han vivido con esos calificativos colgados a la espalda sin que nadie les haya dicho nunca que, más que defectos, son virtudes valiosas de la que deberían estar orgullosos.

Hoy quiero patrocinar a mis amigos para demostrarles que, gracias a su forma de ser y a sus méritos intrínsecos, yo soy hoy mejor persona....me empujan a arriesgarme con cosas que desconozco, me enseñan a tener ese punto de conformidad ante lo que no puedo cambiar, y me demuestran que cuando tengo un objetivo en mi mente, la tenacidad es la herramienta que garantiza en gran parte su logro. Son los eslabones fuertes en mi cadena vital y en la de muchos que no se atreven por ahora ni a confesarlo.

Soy consciente de que en nuestra existencia necesitamos que nos digan de vez en cuando que somos importantes, que tenemos mucho que aportar a la vida de los que nos rodean, que lo que hacemos es valioso y que, en definitiva...somos realmente preciosos para los que, de alguna forma, comparten con nosotros un "ratito" de vida.

Con ello aumentamos nuestra seguridad en nosotros mismos, crecen nuestras ganas de plantearnos retos personales que no solo nos benefician a nosotros, sentimos que contamos para otros y que lo que hacemos tiene una repercusión positiva en nuestro entorno.

Ojalá  comprendiéramos de una vez que existe, una especie de magia de las palabras simplemente bien dichas, capaz de aflorar al exterior todo nuestro potencial escondido. Y que esa magia no se gasta con su uso (¿alguien con ganas de ser mi espónsor hoy?...prometo no defraudar!)





sábado, 17 de agosto de 2013

EL VALOR REAL DE LA VERDAD

Como a muchos de vosotros, cuando era pequeña mis padres no paraban de explicarme la importancia de decir siempre la verdad, importancia que nunca he terminado bien de entender y que, en plena posesión de mis facultades mentales (o eso sospecho cada vez más...), creo incluso poder afirmar que no es tan consistente.

A los hechos me remito....Quién no recuerda a su padre/madre mostrándole un dedo índice delante de los ojos acompañado de una frase del tipo "si me mientes, los reyes magos no te traerán regalos estas Navidades"?....Curioso, no? Te exigían sinceridad apoyándose justamente en una mentira que mantuvieron durante mucho tiempo hasta que, el vecino del quinto, con mucho misterio y teatratalidad, te soltó un buen día que quienes realmente te traían los juguetes eran los mismos padres. La decepción era tan rotunda que ni te parabas a echarles en cara a papá y a mamá que te hubiera estado mintiendo tantos años.

Pero tu seguías creciendo una vez superado el trauma y olvidaste lo obvio del caso...eso sí...Te metieron a clases de catequesis para hacer la primera comunión. Y allí tuviste ración doble sobre la transcendencia de ser siempre franco con todo el mundo y evitar mentir con el fin de evitarte un castigo u obtener un premio inmerecido (aquí se pasó directamente del chantaje con los Reyes Magos a meterte el miedo en el cuerpo con el calor que ibas a pasar en el infierno).

Sin embargo eran tus padres los primeros en pedirte que, en la visita que le hacías a la tía Luisa, ni se te ocurriera contarle "ésto" o "aquello" para evitar que se enfadara o, en el mejor de los caso, para que no se apuntara al viaje a la playa y le fastidiara las vacaciones a todo el mundo....Vamos; con eso mis padres se ganaban 1.000 puntos más y  bonus extras en la partida!

Llegamos a la adolescencia.....un día, te encontrabas esa mirada paternal con ganas de explicarte los grandes misterios de la vida respecto a la sexualidad humana para, por fin, aclarar tus dudas sobre lo que estaba pasando con tu cuerpo (que, últimamente, parecía más de otro que tuyo por esas reacciones tan rarírimas que tenía).

Podría escribirse un gran best-seller con todo lo que nos contaron..desde lo de abejita y las flores..hasta el gran milagro de la concepción que podía ser posible casi con un beso subido de tono al chico/chica que te gustaba. Así llegamos a ciertas edades con una empanada mental que, a muchos, hasta le ha imposibilitado para toda la vida aceptar el sexo como algo natural y hermoso.

Por eso me pregunto la razón de tanta hipocresía...porqué vendernos motos que no tienen ni ruedas ni motor con lo fácil que sería decirnos que son simples trineos?

He llegado a mi propia conclusión al respecto; creo que todo ésto no es si no una manipulación más que hemos sufrido a lo largo de nuestra existencia para hacer más fácil la vida a los que nos sermoneaban con el valor de la franqueza; Qué pasaba cuando les mentías?...pues, simplemente que los despistabas y no te tenían controlado....Y qué pasaba cuando no te controlaban?...que dependiendo de la calidad de la educación que te hubieran dado (educación real..no la reglada) les terminaba doliendo la cabeza a ellos teniéndote que sacar de algún lío (había que anticiparse todo lo posible para evitar el lío).

Lo triste es que llegamos a nuestra madurez arrastrando el lastre del valor hipócrita de la verdad y nos duele hasta en el alma tener que recurrir a las "mentirijillas" para alcanzar nuestras metas personales. Nos han machacado tanto con lo preciado de lograr las cosas merecidamente sin recurrir a estas estratagemas que, muchas veces, nos quedamos apenados por no conseguir lo que deseábamos, eso sí, pero con la conciencia frustradamente tranquilísima.

Tengo un amigo que me cuenta que tiene sueños hermosos que le gustaría hacer realidad; que ha llegado a una edad en su vida en que se siente acreedor de ellos y que, ahora, su experiencia y madurez le permite intentar al menos alcanzarlos. Pero está atado de píes y manos por los convencionalismos sociales....por la familia que no entiende sus deseos...por los amigos que, seguramente por pura envidia, no pararán de arengarle cansinamente hasta que desista (me juego la cabeza a que tanta sinceridad fraternal no es sino para evitar que otro consiga lo que uno mismo desea y no se atreve a intentar siquiera) y en su ambiente laboral, su jefe no deja pasar la ocasión para recordarle que, a ojos del resto del mundo, lo que él quiere no es ni correcto anhelarlo.

Yo, en mi oficio de abogada del diablo, propongo el siguiente análisis;...Si cuando eras más joven no pudiste plantearte ese reto porque los que te rodeaban decidieron ser egoístas y chantajearte con valores que no eran reales...porqué no romper los lazos falsos que te unen a la "santa dignidad" de la verdad y lanzarte al vacío de tus "sueños por conseguir" ahora que te sientes con fuerzas y sabrás disfrutar del camino? Qué razón moral te impide usar lo que siempre han usado contra tí para frenar tu libre albedrío si con ello se puede ser feliz sin dañar a nadie?

¿En qué mesa de reparto entregaron los derechos a mentir sin que nadie nos avisara para, al menos, poder decidir si a nosotros nos interesaba usarlos también? Ahora que soy capaz aceptar con cierta melancolía todo las posibles vivencias que se perdieron en aras de la franqueza, he decidido no dudar en sacar mi mejor máscara de actriz si es la verdad la que se interpone entre mi felicidad y yo. 

No sé que hará finalmente mi amigo...pero lo que si tengo claro es que el infierno que nos vendieron está en este mundo, y que seguramente sentirás dolorosamente su fuego cuando, un día, des cuenta a tu alma de los sueños que quedaron en el bolsillo por no usar todos los recursos que las circunstancias pusieron en tu camino.

Mentiras piadosas

sábado, 10 de agosto de 2013

EL ARCO IRIS DE LAS SONRISAS SINCERAS

En esta semana, por ser la última de trabajo antes de mis añoradas vacaciones laborales, decidí darme el gusto de salir un poco antes del trabajo y dar un pequeño paseo para sacudirme las responsabilidades de mi puesto e ir soñando con lo que serán estas 3 semanas de relax exclusivas para mí cuerpo y para mi alma.

Viviendo a más de 30 kms desde dónde ejerzo mi profesión no me puedo permitir eso de "hoy me voy caminando a casa" por lo que, lo más que puedo hacer, es olvidarme de la estación de tren más cercana y tratar de ir a la anterior o posterior para hacer algo de ejercicio en un paseo que no me extenúe.

Así, pues, he estado yendo desde la oficina a Sants durante 4 días seguidos y, dos de ellos, con chaparrón estival incluido. Y no penséis que ha sido mala suerte; si supierais cuánto me gusta desde pequeña caminar bajo la lluvia, más bien diríais que la caminata ha estado aderezadas con gratas sorpresas para disfrutarlas aún más.

El jueves en concreto, se dieron esas circunstancias naturales que tanto me gustan...una ciudad con mucha temperatura por el asfalto recalentado debido a la constante fricción de neumáticos, la humedad bochornosa de unas nubes que no tapan el sol pero que, grises y oscuras, anuncian lluvia...y, además, el sol de las 8 de la tarde que, sin quemar, no deja de hacernos buscar un poco de sombra que nos alivie.

Y, en este cuadro escénico tan ordinario, aparecen las primeras gotas de un agua celestial; escasas, pesadas y refrescantes....como grandes notas musicales de fondo que acompañan un Nocturno de Chopin o un Adagio de Albinoni.

De repente en el cielo se dibuja un hermoso arco iris perfecto...claro...rotundo; como un regalo de Navidad entregado por un Santa Claus despistado que adelanta su visita y que a todos nos llena de sorpresa.

Es curioso que un fenómeno tan normal y que todos conocemos tan bien, nos haga pararnos en seco para contemplarlo como si el summun de los milagros fuera . Íbamos por la calle y todos nos deteníamos para disfrutarlo con una sonrisa de esas que sale del alma...de repente no existían las prisas...los semáforos en verde ya no importaban y, los pocos paraguas previsores, no tenían inconveniente ninguno en cerrarse mudos ante tan hermoso espectáculo.

Había gente haciendo fotos con su móvil y muchos abuelos señalando hacia el cielo para enseñar a sus nietos una de esas escasas cosas auténticas de verdad y que nunca podrán comprar por mucho dinero que ganen en un futuro.

Yo también saqué mi cámara y sonreí abiertamente como hacían todos...miraba a los ojos de la gente que tenía esa misma expresión de felicidad en la cara y sentía que algo mágico nos estaba conectando a pesar de no conocernos de nada.

Una señora mayor se paró junto a mí para visualizarlo desde mi misma posición y me dijo "mira que es maco,  oi?" (mira que es majo, eh?)...y a mi me entraron ganas de abrazar a aquella señora y darle dos besos de lo bien que me sentía!!

Y le he estado dando vueltas a esa explosión eufórica que provocan las cosas sencillas....he hecho una lista con estos hechos que me hacen sentirme feliz cuando suceden y, da la casualidad, de que todos ellos, corresponden a cosas que, simplemente, ocurren sin que yo pueda ejercer (en la mayoría de los casos) ningún control para que se produzcan.

Una de ellas, tal y como estoy contando, es ver un arco iris (Arc de Sant Martí en esta tierra). Además, cuando descubro uno en el cielo, no puedo dejar de recordar un antiguo cuento irlandés en el que, si lo seguías hasta dónde tocara tierra, encontrarías una gran marmita llena de monedas de oro que unos duendes traviesos tenían escondida allí...me termino prometiendo a mi misma que un día buscaré yo mi tesoro al final de arco iris.

Otra cosa que me hace sentirme genial son las mariposas...los que me conocéis un poco ya sabéis que tengo cierta obsesión con estos lepidopteros y que pocas cosas me hacen más feliz que recibir una foto de una de ellas llena de colores tan brillantes y con esa elegancia especial para volar. Me hipnotizan sus alas hechas de unas etéreas escamas, como de seda, que les da su color y...... me fascina la metamorfosis continua de su existencia...(en este aspecto, yo quiero ser mariposa siempre)

La tercera son la pompas de jabón.....aún con mi edad, ver que alguien juega a lanzar al aire estas burbujas densas que se quedan suspendidas con esa iridiscencia  y liviandad, me hace abrir los ojos como platos y detener en seco mi caminar como si clavara frenos hasta el fondo. A veces, viendo esos espectáculos de circo en los que un experto hace verdaderas obras de arte con ellas, hasta he llegado a llorar de pura alegría y emoción.

Una muy común a casi todos los que se precien de tener alma, es ver a un niño reír.....Hay en este mundo algo más genuino, hermoso y contagioso que la carcajada espontanea de un crío???...Son tan maravillosas que la alegría va más allá de su boca y eres capaz de ver la risa en sus ojos.

Evidentemente hay más cosas que me hacen extasiarme de felicidad...el sonido de los cascabeles...un "te quiero" verdadero...el abrazo demoledor de mi madre cuando me ve.... el amanecer desde el espigón del puerto.... la brisa fresca matinal salpicada de espuma de mar cuando paseo por la orilla......Y cada una de ellas se ha convertido en esa "aspirina" que alivia mi dolor cuando las cosas pesan demasiado para cargarlas sobre el alma durante mucho tiempo.

Creo que todos tendríamos que tener en nuestro botiquín, ,a modo de recordatorio (como si de un listado de teléfonos de urgencia se tratara), una relación de cosas que disparan nuestras sonrisas sinceras..nuestras emociones más positivas,  para buscar rápidamente nuestra dosis sanadora cuando el desánimo y la tristeza nos enfermen la alegría.

Y yo (con toda la humildad de mi pretensión), deseo con todo mi corazón convertirme en uno de esos "provocadores de alegría" que engendran arcos iris en los cielos nublados y grises de las tristezas mis amigos...Como decía el principito de Saint-Exupéry, quisiera poder regalar montones de pequeños cascabeles que sepan hacer reir.