No hace ni unos días, hablando con un amigo, salió a colación los grandes retos que la gente se plantea en determinadas épocas y cómo estos alardes de cambio se hacían notar en nuestro entorno diario. Así, con el inicio del año, no paras de ver a gente corriendo por las calles con la cara congestionada como una lombarda o, en el autobús, a personas moviéndose nerviosas como si tuvieran el baile de San Vito tras el calentón de un firme propósito de dejar de fumar de una vez por todas.
Enero y Septiembre tienen esta particular tonalidad y casuística...desde la venta masiva de productos adelgazantes hasta la temporada alta de coleccionables disparatados del tipo "construya un Citroën 2CV" (...absurdo para mi humilde opinión porque, cuando has acabado la colección y echas cuentas del dinero invertido, podrías haberte comprado un Lamborghini). De repente, una ruptura pactada en el transcurso infinito y lineal del tiempo, nos sirve de excusa perfecta para intentar borrar todo lo que no nos gusta de nosotros, o para querer convertirnos en lo que nunca nos hemos preocupado por ser.
Y como me dice mi amigo; paseas por la calle y miras los escaparates, los quioscos de prensa u hojeas cualquier revista y, aunque tuvieras parado el reloj desde hace siglos, tendrías claro que ha llegado año nuevo o que se han acabado las vacaciones de verano.
No me malinterpretéis; nada tiene de malo plantearse cambios que nos acerquen un poco más a esa persona en que todos pretendemos convertirnos algún día. Yo misma me embarco en retos nuevos durante todo el año y, lo admito; el corte en el calendario también me impulsa al balance de lo conseguido y al diseño de nuevas estrategias. Reconozco que da lo mismo si la evaluación la realizas en Marzo como si la haces en Noviembre...pero aceptemos que, en ciertas épocas señaladas, te contagias con todo este movimiento (de origen comercial, como siempre) que te empuja a cambiar cualitativa y/o cuantitativamente nuestra vida.
Para los curiosos adelantaré que, uno de los retos físicos que me he planteado, es el de correr en 2014 como mínimo 700 kms...doblando así, todo lo que he pateado en mi "running place" durante el año anterior. Tengo varios más en mi alforja de viaje para este recién estrenado año, y algunos son incluso casi temerarios.
Tratando de sacar punta a mi lápiz sobre el tema, me he decidido a explicaros el truco "del almendruco" para diseñar y alcanzar todos los desafíos personales que nos propongamos...desde perder peso hasta prepararse para la maratón de Nueva York pasando por aguantar el ritmo del cachas del gimnasio en las sesiones de spinning.
El primer paso es ser objetivos ante todo; plantearse dar un paseo por la luna, además de ser carísimo y al alcance de muy pocos privilegiados, obliga a una dura preparación física para poder hacer un viaje que, como poco, nos puede matar. No;....mejor nos planteamos retos algo más asequibles. Para ello lo mejor es preguntarse si dispongo de todas las herramientas para conseguir el reto.
Por ejemplo; si mi deseo es irme a estudiar un postgrado a Londres, lo primero que debo preguntarme es cuál es mi nivel de inglés. Si éste es tan bueno como el que ostento ahora, lo mejor es aplazar el reto del postgrado y plantearme que este año la meta será la de aprender medianamente bien un nuevo idioma que voy a necesitar con posterioridad.
El siguiente paso es evaluar los pasos a seguir para conseguir nuestro propósito...intentar conseguir las cosas de un golpe es matar directamente las esperanzas de lograrlo. Hay que plantearse pequeños logros bien identificados o, como yo lo llamo, "diseñar cómo comerte un elefante".
Esta expresión me encanta porque me marcó en un curso de "time manager" al que asistí. El profesor nada más empezar la clase preguntó si alguien sabía como comerse un elefante y yo, sin pensármelo mucho le dije que "poco a poco". Esto provocó que durante resto del cursillo cada vez que se referían a mi lo hacían jocosamente como la "glotona zampa-elefantes".
Pero en realidad esta era la respuesta más adecuada....diseccionar el objetivo en pequeños trozos alcanzables con la seguridad de que, si cada día te comes tu trocito de elefante previsto, al final alcanzarás tu meta.
Dividir una tarea compleja en fragmentos pequeños, factibles y concretos nos permite otear el horizonte del éxito a corto plazo y nos ayuda a continuar animados para conseguirlo. Un alpinista no se concentra en la meta final de alcanzar la cima, sino en la tarea inmediata de dar el siguiente paso de ascensión. Perder 24 kgr en un año puede asustar nada más decirlo...pero verificar que cada mes hacemos lo correcto para perder tan sólo 2 kgr ayudará mucho a continuar con los planes a largo plazo.
En mi caso he dividido mis 700 kms en una media de 59 kms al mes....o unos 12 kms a la semana (eso supone una salida y media en plan tranquilo...y tener la holgura de que, si una semana por el tiempo o por otra causa no puedo correr, será fácil recuperar en otra).
Otra fórmula para auto-motivarse una vez iniciado el camino es pararse de vez en cuando para evaluar el progreso y, en su caso, replantearse la meta de nuevo si es necesario....evidentemente si llegando Octubre tu pesas 10 kilos más que cuando empezaste el año....mejor plantearse que la meta para final de 2014 no sean -24 sino como mucho perder los que has ganado.
Hay que ser flexible y amplio de miras ya que a veces las circunstancias cambian respecto a cuando nos planteamos el reto, y si no nos sabemos adaptar a estos cambios lo inmediatamente posterior será abandonar directamente el camino sin proponernos siquiera dar, a pesar de todo, un único pasito (pero bien dado) hacia adelante.
Finalmente, y no por ello menos importante, debemos adoptar la costumbre de visualizarnos constantemente alcanzando el reto....imaginando lo bien que nos sentiremos al final de todo el proyecto....si somos capaces de recordar constantemente lo mucho que nos gustará llegar, será más fácil continuar por el camino trazado.
Esto último me lleva a hacer un inciso en algo que no he comentado hasta ahora por lo obvio que resulta...pero a veces no está mal recordar que los gatos no ladran; Lo primero que uno debe hacer a la hora de plantearse desafíos importantes es tener claro que el cambio nos hará felices.....
Es lógico, no?....
Pues puedo asegurar que a veces malgastamos nuestra vida y nuestro tiempo intentado conseguir cosas que no nos depara dicha, por la única y estúpida razón de que eso es lo que se espera de nosotros, lo dicta la sociedad con sus hipócritas buenas costumbres o porque con ello dejaremos de oír ciertas quejas de los demás (o sea..que el cambio es para hacer felices a terceros en vez de a nosotros mismos).
Así, si vas a dejar de fumar, que el único motivo para hacerlo seas tú...porque tu creas con ello tu vida mejorará en muchos aspectos (si lo haces por otro...no te compliques la vida y déjalo antes de empezar....será derrochar unas energías tontamente por algo que solo le da el gusto a otros y además te rendirás en la primera ocasión para la que tengas excusas pseudo-justificadas).
Cómo curiosidad, comentaros que los japoneses (tan estrictos ellos y tan bien disciplinados) tienen un "gadget" que les incita a no olvidarse de las intenciones propuestas. Se llama daruma y se trata de un muñeco al que se le pinta un ojo y se pone en un sitio bien visible mientras cumples con el reto....una cara avinagrada tuerta recordándote que has de cumplir con tu meta para finalmente poder pintar el otro ojo y sentirte aliviado y feliz por todo lo que ellos significa a nivel personal (a mí, particularmente, me da mal rollo que alguien me persiga con esa mirada severa todo el día recordándome que aún queda mucho por conseguir)
Tratando de sacar punta a mi lápiz sobre el tema, me he decidido a explicaros el truco "del almendruco" para diseñar y alcanzar todos los desafíos personales que nos propongamos...desde perder peso hasta prepararse para la maratón de Nueva York pasando por aguantar el ritmo del cachas del gimnasio en las sesiones de spinning.
El primer paso es ser objetivos ante todo; plantearse dar un paseo por la luna, además de ser carísimo y al alcance de muy pocos privilegiados, obliga a una dura preparación física para poder hacer un viaje que, como poco, nos puede matar. No;....mejor nos planteamos retos algo más asequibles. Para ello lo mejor es preguntarse si dispongo de todas las herramientas para conseguir el reto.
Por ejemplo; si mi deseo es irme a estudiar un postgrado a Londres, lo primero que debo preguntarme es cuál es mi nivel de inglés. Si éste es tan bueno como el que ostento ahora, lo mejor es aplazar el reto del postgrado y plantearme que este año la meta será la de aprender medianamente bien un nuevo idioma que voy a necesitar con posterioridad.
El siguiente paso es evaluar los pasos a seguir para conseguir nuestro propósito...intentar conseguir las cosas de un golpe es matar directamente las esperanzas de lograrlo. Hay que plantearse pequeños logros bien identificados o, como yo lo llamo, "diseñar cómo comerte un elefante".
Esta expresión me encanta porque me marcó en un curso de "time manager" al que asistí. El profesor nada más empezar la clase preguntó si alguien sabía como comerse un elefante y yo, sin pensármelo mucho le dije que "poco a poco". Esto provocó que durante resto del cursillo cada vez que se referían a mi lo hacían jocosamente como la "glotona zampa-elefantes".
Pero en realidad esta era la respuesta más adecuada....diseccionar el objetivo en pequeños trozos alcanzables con la seguridad de que, si cada día te comes tu trocito de elefante previsto, al final alcanzarás tu meta.
Dividir una tarea compleja en fragmentos pequeños, factibles y concretos nos permite otear el horizonte del éxito a corto plazo y nos ayuda a continuar animados para conseguirlo. Un alpinista no se concentra en la meta final de alcanzar la cima, sino en la tarea inmediata de dar el siguiente paso de ascensión. Perder 24 kgr en un año puede asustar nada más decirlo...pero verificar que cada mes hacemos lo correcto para perder tan sólo 2 kgr ayudará mucho a continuar con los planes a largo plazo.
En mi caso he dividido mis 700 kms en una media de 59 kms al mes....o unos 12 kms a la semana (eso supone una salida y media en plan tranquilo...y tener la holgura de que, si una semana por el tiempo o por otra causa no puedo correr, será fácil recuperar en otra).
Otra fórmula para auto-motivarse una vez iniciado el camino es pararse de vez en cuando para evaluar el progreso y, en su caso, replantearse la meta de nuevo si es necesario....evidentemente si llegando Octubre tu pesas 10 kilos más que cuando empezaste el año....mejor plantearse que la meta para final de 2014 no sean -24 sino como mucho perder los que has ganado.
Hay que ser flexible y amplio de miras ya que a veces las circunstancias cambian respecto a cuando nos planteamos el reto, y si no nos sabemos adaptar a estos cambios lo inmediatamente posterior será abandonar directamente el camino sin proponernos siquiera dar, a pesar de todo, un único pasito (pero bien dado) hacia adelante.
Finalmente, y no por ello menos importante, debemos adoptar la costumbre de visualizarnos constantemente alcanzando el reto....imaginando lo bien que nos sentiremos al final de todo el proyecto....si somos capaces de recordar constantemente lo mucho que nos gustará llegar, será más fácil continuar por el camino trazado.
Esto último me lleva a hacer un inciso en algo que no he comentado hasta ahora por lo obvio que resulta...pero a veces no está mal recordar que los gatos no ladran; Lo primero que uno debe hacer a la hora de plantearse desafíos importantes es tener claro que el cambio nos hará felices.....
Es lógico, no?....
Pues puedo asegurar que a veces malgastamos nuestra vida y nuestro tiempo intentado conseguir cosas que no nos depara dicha, por la única y estúpida razón de que eso es lo que se espera de nosotros, lo dicta la sociedad con sus hipócritas buenas costumbres o porque con ello dejaremos de oír ciertas quejas de los demás (o sea..que el cambio es para hacer felices a terceros en vez de a nosotros mismos).
Así, si vas a dejar de fumar, que el único motivo para hacerlo seas tú...porque tu creas con ello tu vida mejorará en muchos aspectos (si lo haces por otro...no te compliques la vida y déjalo antes de empezar....será derrochar unas energías tontamente por algo que solo le da el gusto a otros y además te rendirás en la primera ocasión para la que tengas excusas pseudo-justificadas).
Cómo curiosidad, comentaros que los japoneses (tan estrictos ellos y tan bien disciplinados) tienen un "gadget" que les incita a no olvidarse de las intenciones propuestas. Se llama daruma y se trata de un muñeco al que se le pinta un ojo y se pone en un sitio bien visible mientras cumples con el reto....una cara avinagrada tuerta recordándote que has de cumplir con tu meta para finalmente poder pintar el otro ojo y sentirte aliviado y feliz por todo lo que ellos significa a nivel personal (a mí, particularmente, me da mal rollo que alguien me persiga con esa mirada severa todo el día recordándome que aún queda mucho por conseguir)
Por último, tan solo confesaros que el mayor reto que tengo para 2014 no puede ser tan meticulosamente planificado porque, el elefante azul que me tengo que comer no es otro que el sobrevivir como Dios me dé a entender a toda la tormenta anímica que está por caerme en el transcurso de unas semanas. Para ésto no hay Daruma efectivo que valga y, además, puedo asegurar que los mordiscos a este elefante me van a provocar bastante acidez de estómago (lo mismo hasta me lo tengo que comer de un solo bocado)...pero hasta ésto estoy segura que no me cambiará el carácter positivo que trato de mantener a toda costa.
Ánimo para todos;.....Challenges....Go ahead!!!
Ánimo para todos;.....Challenges....Go ahead!!!
Espero hagas esos 700Kms.... ójala más de tres mil si disfrutas o menos si es que no puedes: la cantidad es lo de menos Vale,,,,, en principio la meta debe ser acabarse el elefante entero , es el proyecto pero también valdría plantarse cuando lo llevas medio si se te va a indigestar y te va a quitar de poder ni olerlo en el futuro o hasta aborrecer la comida. Comerse el elefante pero hacer una buena digestión Puede ser peligroso si no eres flexible con los retos , y conseguir justo lo que no quieres, valoro la constancia para conseguir las cosas y no auto, imponerse nada , Bonito post encierra sabiduría , y nos hace pensar
ResponderEliminarEsa forma de atacar a los problemas la tenemos inculcada desde nuestra "infancia" profesional los que nos hemos dedicado en mayor o menor medida a la programación. Siempre desmenuzamos los grandes problemas en pequeñas tareas fáciles de realizar.
ResponderEliminarOtra cosa es que lo sepamos aplicar a ámbitos de la vida que no seanla programación.