Vistas de página en total

domingo, 17 de marzo de 2013

LA PROCRASTINACIÓN O EL ARTE DE NO METER NUNCA LA PRIMERA

Hace unos días llegó a mis oídos una expresión que hasta creí que era inventada o nacida de uno de esos idiomas extraños cuya procedencia era un misterio recién descubierto por paleontólogos: PROCRASTINAR (bonito "palabro" casi impronunciable). Es lo que tienen estos programas de divulgación científica a los que soy tan aficionada...terminan obligándome a tener curiosidad por cosas rarísimas

Así que en pos de tranquilizar mi mente (que de repente no podía dejar de pronunciar reiteradamente y para si mi misma la dichosa palabreja)  me he dedicado a investigar sobre el significado del término. Y he averiguado que, como siempre, se trata de un vocablo rimbombante para designar algo muy común en el día a día del ser humano; ese aplazamiento eterno que le damos a todas las tareas que claramente sabemos que tenemos que llevar a cabo y que nos dan miedo, son tediosas o traerán implicaciones no deseadas al ejecutarlas.

¿Quién no se ha planteado veinte veces en un mismo mes empezar una dieta para pensar acto seguido que mejor lo dejamos para otra ocasión más idóneas después de las fiestas o del cumpleaños de alguien?

¿Cuántas mañanas nos hemos levantado tosiendo angustiósamente y maldiciendo el tabaco.... jurándonos que hoy lo dejábamos definitivamente para, acto seguido, después del primer café, encender un cigarrillo a la vez que prometíamos que mañana sería, a buen seguro, mejor día para hacerlo?

¿Y la de veces que abrimos un cajón lleno de cosas inútiles asegurando que del próximo fin de semana no pasaría de ordenarlo y de tirar lo inservible?.

Pues, señores, ésto es procrastinar!

Al parecer, no se trata de un mal que nos afecte de forma particular sino que le pasa a todo el mundo en mayor o menor medida. Pero sí que ha llegado a convertirse en un serio problema psicológico para aquellas personas, de mentalidad ya de por sí negativa, que le tienen tanto miedo a las consecuencias de sus acciones que postergan sistemáticamente la puesta en marcha de cualquier decisión por muy necesaria que ésta sea.

Existen esos eternos aplazadores que terminarán sus días sintiendo que, durante su existencia, no han sido capaces de tener esa vida intensa y maravillosa que sus mentes diseñaban...de débil automotivación y de falta de empuje que tenían miles de sueños por cumplir y que todos ellos se les quedaron en el tintero por no atreverse a  escribir ni una letra con la  hermosa pluma que tenían a su disposición.

También está el famoso "síndrome del estudiante", consistente en estar tan seguros de la propia capacidad intelectual o profesional que, aún teniendo tiempo de sobra para lleva a cabo la tarea, consideran que lo podrán hacer sin problema en un menor intervalo, postergando así el empezarlas y terminando por hacer lo que deben "in extremis" justo antes de la fecha límite para ello.

¿Y qué es lo contrario a un procrastinador?....Aquella persona impulsiva que, idea que le cae en la mente,  idea que trata de ponerla en marcha con la mismísima velocidad con la que le llega.

De éstos también está lleno el mundo; son los típicos amigos a los que nadie tiene narices de seguir ya que son capaces de estresarte con todo lo que quieren llevar por delante. A diferencia de los procrastinadores, son personas que todo lo empiezan y nada terminan.

Tampoco hay que confundir a éstos hiperactivos con aquellos que, sin poder soportar la incertidumbre sobre el desenlace de algo, se arrojen valientemente y casi sin pensárselo sobre las circunstancias a modo de "la mejor defensa es un ataque". Mucha veces suelen hacerlo por miedo a que el destino u otras personas terminen decidiendo el final de su película.

En cualquier caso, la procrastinación, es un mal de nuestros días que se agrava con las situaciones de baja autoestima y pesimismo que tanto nos acompañan últimamente  Si ya de por si, el cerebro tiene tendencia a alargar la puesta en marcha de algo, ni que decir tiene que, la cosa empeora bastante cuando es tan difícil creer que lo que emprendemos es realmente una buena solución.

Esto último se está tratando de paliar haciendo que muchos organismos y publicistas se pongan de acuerdo para lanzar campañas de marketing más positivo, tratando de convencer a la gente de que las cosas no van a cambiar si no lo intentamos al menos..que siempre hay salida si la buscamos con ganas e ilusión en el resultado.

De boca del mismo científico del que me llegó la palabrita, llegó también la solución. Comentaba en su programa que la mente está diseñada para quedarse "pillada" con una actividad cuando la emprende durante determinado tiempo, tras el cual, siente cierta desazón hasta que no la termina. Cuando la tarea queda completada en su totalidad aparece una sensación agradable de orgullo y de autorealización provocado por las endorfinas.

Este viene a ser ese sentimiento que yo llamo "ya que estamos..." y que en muchas ocasiones me ha obligado a limpiar toda mi casa cuando lo único que pretendía era quitar una pequeña mancha en el cristal de la terraza. Realmente no me he sentido a gusto hasta que el baño relucía como el sol, el armario estaba perfectamente ordenado y el embozo de la sábana cuadrado milimétricamente (y gracias a que no tenía pintura a mano...de lo contrario hubiera terminado pintando dos o tres habitaciones...."ya que estábamos").

Así, comentaba este señor, que si dedicamos 5 minutos (tan sólo 5 minutos!!!) a una tarea que nos incordia, nos parece tediosa o nos da cierto miedo comenzar, la mente, tras ese corto espacio de tiempo, te presiona para continuarla dejando atrás esa sensación de fastidio que nos impedía pisar el embrague y meter la primera de una vez.

Por eso los mejores Coachs obligan a sus coachees a conseguir sus objetivos imponiendoles esos cinco minutos de trabajo diario en ellos...Curiosa terapia que me da mucho que pensar.

Estoy por proponer una iniciativa (no se si atreverme a que sea legislativa Popular...ya que estamos) para obligar a nuestros políticos y economistas a dedicarle al menos estos 5 minutos diarios a buscar las salidas correctas para solucionar este despropósito tan desesperanzador en que ellos mismos nos han metido.

Lo que si me queda verdaderamente claro, es que para las próximas elecciones, mi intención de voto no tendrá en cuenta a aquellos candidatos que no publiquen un informe médico psicológico que contenga su nivel de procrastinación...de esta forma iré sobre seguro en cuanto a saber a quien voy a descartar automáticamente.

Por cierto...para los que se estén haciendo la pregunta; Sí...he tardado mucho en  idear, dar forma y terminar este post; pero lo mío es por querer rizar el rizo con la perfección (que también es otro de los motivos de la procrastinación).



1 comentario:

  1. Iba a hacer uso del término y dejar para luego el comentario.... pero me doy cuenta que en la definición ese aplazamiento es porque puede resultar tedioso, desagradable.... nada de eso, muy bien explicado ese "palabro" tengo que decir que es nuevo para mí, no te sorprendas (he leido que algunos profesores catalogan una gallina como un mamífero y miles de disparates en unos test) pero quería agradecerte que nos aumentes nuestro vocabulario y de camino podamos ver una de tus bonitas reflexiones. Se me viene a la cabeza un proverbio ; "para acabar una cosa lo primero que hay que hacer es empezarla" y una vez comenzada, llega como bien dices el "ya que estamos...."
    saludos desde el sur

    ResponderEliminar