Vistas de página en total

miércoles, 6 de marzo de 2013

EL SENTIDO DE LAS COSAS

No puedo dormir....a veces me pasa y no es algo patológico...es simplemente que una idea comienza a darme vueltas dentro de la cabeza y, cual mosca incordiosa,  no me deja conciliar el espíritu hasta que cobra una forma estructurada con palabras y signos de puntuación.

En este caso todo ha venido (porque cuanto te conviertes en un experto psicólogo de ti mismo terminas conociendo el origen de cualquier desasosiego) a raíz de unas palabras de un muy querido amigo que tengo. Hoy me explicaba que, a veces, se hunde en una especie de guerra propia e interna por descubrir si lo que está haciendo o viviendo tiene algún sentido.

Y yo, con esta audacia que me caracteriza para soltar a bocajarro lo que me viene del corazón sin saber medir las palabras, le he contestado que sentido seguramente tendría...pero que lógica quizás ninguna.

Así que me he puesto a darle vueltas a la conjetura de lo que tiene sentido o no en la vida de uno...de qué depende...por qué a veces, algo que parece normal y políticamente correcto, nos hiere por el hecho de carecer de valor en nuestro fuero interno.

Desde hace tiempo vengo entendiendo ésto tan complicado que es la búsqueda de significado en lo que hacemos, decimos o vivimos. Yo misma, de orígenes muy del sur, he estado "domesticada" en una cultura en la que el objetivo último de la vida consistía en tener determinadas cosas, alcanzar determinado estatus, y gozar de determinadas situaciones (tener tu propia vivienda, triunfar profesionalmente, concebir hijos y hacer feliz a un marido/esposa)...todo lo que no fuera conseguir esta meta, solo podía ser sinónimo de fracaso y frustracion

La vida me ha dado unas cuantas collejas (reconozco que no tan fuertes como han sufrido otras personas...toco madera igualmente!); las suficientes como para entender que el sentido de la vida, en muchas ocasiones, pasa por experimentar sensaciones que, por lógica, no son todo lo ortodóxamente correctas que te han enseñado.

Un día, por ejemplo, te encuentras de bruces con un amigo que, lejos de alegrarte la vida y darte ese complemento que necesitas, te ofrece su dolor y sus problemas. Huir sería lo que el sentido común te diría...y sin embargo....el que te confiese que necesita de ti para ver un poco de luz en su situación actual, termina llenándote anímicamente más que cualquier viaje a las Bahamas.

En otra ocasión, otra persona que ni esperabas incluir en tu cuaderno de "experiencias para no olvidar nunca", te zarandea por dentro de forma casi violenta. Y tu mente analítica te comienza a decir, a grito pelado, que salgas corriendo en dirección contraria...que esta vivencia sólo te va a traer males de cabeza y algún que otro crujido en el corazón. Pero mirar a esa persona a los ojos y sentir que quieres necesitarla (no necesitarla....solo querer sentirlo) te inunda el alma con colores indescriptibles que le aportan un valor muy superior a tu vida.

En definitiva; el sentido de las cosas lo marcan los sentimientos que tu sabes reconocer auténticos y especiales, y que te llenan ante cualquier situación y experiencia que estés viviendo, independientemente de que la prudencia y la razón te estén aconsejando otra cosa.

Seguramente no será bueno para ti terminar enamorado de alguien que nunca te podrá conseguir la luna...pero si adviertes que su beso en tu nuca te hace elevarte hasta la estratosfera, lo mismo tiene sentido estar allí cuando ese beso se escapa de su boca. ¿no es mejor disfrutarlo que esquivar las consecuencias sin haberlo experimentado jamás?.

Tampoco será mirado con buenos ojos, por todos aquellos que me aprecian, que un buen día venda mi ferrari y me vaya sembrar lechugas a un pueblo que no aparece ni el Google Maps. Pero seguro que percatarse de la frescura, textura crujiente y sabor de una de esas lechugas en mi ensalada, tendrá todo el sentido del mundo.

Y, si además, puedo compartir esas lechugas con la gente que me aprecia de verdad, seguro que el círculo supremo de la perfección quedará cerrado.

La clave siempre está en las preguntas que nos hacemos a modo de sistema de búsqueda del sentido de las cosas...para mí ese sentido es indudable cuando me pregunto si me hubiera gustado morir sin haber vivido ese momento. Si la respuesta es NO...quedará claro si ha merecido la pena todos los contras que conllevan esos pros.




1 comentario: