Vistas de página en total

domingo, 6 de octubre de 2013

CÓMO DESCONECTAR DEL REAL LIFE I-PHONIZÁNDONOS

No hace ni una semana que decidí subirme al tren de la técnica que tan recelosamente trataba de evitar considerando, que más que ventajas, iba a provocarme algún que otro dolor de cabeza. Pero, como suelo decir; "quien nace lechón muere cochino" y a mí no es la técnica la que me seduce pero reconozco que la curiosidad sí que me puede.

Llevo ya muchos años oyendo términos como i-tunes, apps, y whatsapp en cada 3 de 5 palabras que surgen en una conversación y no podía evitar pensar que me estaba perdiendo un maravilloso mundo de luces mágicas, de colores increíbles y de sensaciones que seguramente me acercarían al Nirvana. No soy de las que se lanzan de cabeza rápidamente a la primera moda que surge....me lo pienso...medito las ventajas..y después de 5 años pensándomelo...me lo vuelvo a pensar otro ratito.

Pero tenía que reconocer que es un martirio tener que cargar con el portátil a todos sitios para poder estar conectada con asuntos importantes de mi trabajo y de mi vida privada...me sentía como Kung-Fú con el atillo y los zapatos acordonados colgados del hombro. Qué práctico sería llevar la conexión a Internet en un dispositivo tan reducido como un paquete de tabaco....

Así que aprovechando una inesperada herencia (no por defunción, gracias a Dios, sino por obsolescencia técnica) decidí "fusionarme" con Movistar y contratar de una vez por todas el acceso a datos a través del móvil para, acto seguido, acoplar por primera vez mi i-phone al portátil y empezar a disfrutar de ese maravilloso viaje del que todos me hablaban.

Maravilloso no sé...aún no lo he podido comprobar; siento que pasarán los años, me jubilaré, me llevarán al hospital cuando esté a punto de morirme, y aún seguiré peleándome con un dichoso terminal al que me es imposible encontrarle la lógica.

¡¡Con lo fácil que es apretar una tecla y que suene un tono de llamada!!....o oír que suena el móvil y darle al telefonito verde para atender a la persona que trata de ponerse en contacto contigo.

Reconozco que los teléfonos y yo no nos hemos llevado nunca bien del todo; nos soportamos como buenamente podemos y eso lo pueden corroborar todos aquellos amigos, familiares y compañeros que saben con certeza que es más fácil localizarme con tam-tam que a través de una llamada. Pero dentro de la normalidad, las funciones básicas y más necesarias eran muy intuitivas en cualquier teléfono móvil.

I-phonizarme está suponiendo para mí casi como volver a los estudios...como hacer un master o similar. Para empezar lo primero es configurar el terminal...menos mal que un compañero me ayudó porque yo aún podría estar intentando traducir la primera pregunta que aparecía en la pantalla.

Luego, si quieres tener aplicaciones chulas que usar y de las que todo el mundo habla, hay que bajarse al ordenador un programa desde dónde podrás controlarlo todo todo y todo...(seguro que hay hasta una aplicación que me ayude a poner la lavadora desde la oficina....a ver si la encuentro). Ya tengo el runtastic, el YouTube y por supuestísimo...el Whatsap (ojo...pronunciando la "s" silbando mucho...como si fueras una serpiente..de lo contrario no parece que sea el programa de mensajería instantánea gratuita).

Sé que en unas semanas estaré tan domesticada por el bicho que, la sola idea de perderlo o dejarlo olvidado en casa, me aterrará más que un "lopinta" (...ya sabéis...ese animal terrible que da lugar al dicho "no es tan fiero el león como el lopinta"). Por lo pronto tengo que reconocer que el tiempo se me pasa volando investigando cómo hacer lo que llevo años haciendo de forma intuitiva con mi viejo Nokia.

Lo que si tengo claro es que no formaré parte de esa generación que no sabe vivir sin estar conectado; como ese compañero de trabajo que cuando quieres que te atienda en una conversación debes esconderle el i-phone...o esta juventud de ahora que queda en un bar para tomarse algo y, en realidad, lo que hacen es whatsappear juntos sin siquiera hablarse (a veces hasta creo que se mandan whatsapps entre ellos para no molestarse en gastar saliva). A esta práctica que todos hemos observado por poco avispados que seamos, ya ha sido bautizada con el término "Phubbing".

Resulta cuanto menos irónico que, algo que ha sido ideado para conectar a las personas que están lejos, se haya convertido en una maldita herramienta que nos desconecta de las que tenemos cerca.

Yo prefiero seguir perteneciendo a ese mundo de dinosaurios para los que, una agradable conversación mirándose a la cara y recibiendo los imputs anímicos del interlocutor, no es sustituible por ninguna emisión rebotada entre satélites en forma de bits; por muy inmediata, sorprendente y novedosa que ésta parezca...puedo asegurar que seguiré siendo una adicta al "real life" hasta mis últimos días...y si no fuera así, por favor, que alguien me robe el i-phone a tiempo.



Phubbing: Das Smartphone als Kommunikationskiller


No hay comentarios:

Publicar un comentario