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domingo, 28 de abril de 2013

OCUPARSE PARA NO PREOCUPARSE

Sigo con mis investigaciones propias de un buen coach más que una administrativa al uso...no sé de dónde me llegan estas inquietudes psicológicas que, en opinión de algunos, se me dan bastante bien.

Ayer, mientras esperaba en la peluquería una terapia facial relajante (juro que la necesitaba después del viernes que tuve que vivir), cayó en mis manos una revista sobre literatura y filosofía...tan extraños son mis locales de estilismo y las lecturas que encuentro en ellas, como particular soy yo misma. Mi querido Pedro no es un peluquero al uso sino una de esas personas que ni te preguntan qué es lo que quieres hacerte hoy en el pelo,  solo esperan una clara y concisa respuesta a un "qué necesitas en tu vida?". En este escenario tan kafkiano, no es tan difícil encontrar este especial tipo de publicaciones para pasar la espera mientras suben las mechas o te colocan una pluma en la cabeza (sí...lo habéis entendido bien...a menudo, si quiero volar, él me pone una pluma en el pelo...y puntualmente hasta funciona!).

Pues, como digo, amenicé la espera con información algo más sabrosa que las consabidas andanzas de sras. y sres. reinantes en el papel couché y que ni siquiera conozco (a veces, cuando trato de ojear prensa del corazón me siento como un preadolescente leyendo al última tesis sobre acelerómetros de partículas....no se de quién hablan!!!).

En uno de esos interesantes artículos se hablaba de la técnica del tío....llamémosle Antonio (el nombre era lo que menos importaba de toda la historia) para ser eficientes en momentos de colapso.

A todos nos ha pasado que, aún teniendo nuestro día a día bastante planificado y controlado, nos llegan etapas en las que las cosas se nos acumulan y la entrada de datos y de tareas es especialmente dura...puntas de trabajo, temporadas de cambios drásticos, épocas en las que podemos sentirnos cansados y sin fuerza y en los que tratamos de alcanzar los objetivos en tiempo... pero nos sentimos abrumados y sin ánimos para nadar contracorriente. Una gran bola de nieve comienza a bajar montaña abajo aumentando aún más la sensación de impotencia que nos invade y sin saber bien si debemos quedarnos en medio para ralentizar un poco su velocidad,..o apartarnos a un lado y, simplemente, quedarnos a mirar cómo se estrella.

Mis caso es bastante gráfico al respecto; llego a la oficina y enciendo mi Pc...abro el cajón de mi book y saco todos aquellos documentos que quedaron pendientes de tramitar del día anterior...son los menos urgentes o los que requieren algo más de tiempo para ponerlos en marcha.

Mientras remoloneo un poco...me preparo mi primer té, saludo a los compañeros, lleno de caramelos el recipiente de cristal de la mesa auxiliar de mi despacho (es otra técnica psicológica subliminal....si todo el mundo que entra a pedirme cosas se paran a desenvolver y comer un dulce, el tono de la conversación cambia bastante...es mucho más relajado) y por último termino haciendo lo que más miedo me produce; abrir el correo electrónico.

A veces hago apuestas conmigo misma sobre el máximo y el mínimo de e-mails que saldrán de la chistera de mi outlook...pero nunca he ganado hasta ahora; siempre me quedo corta.

Cuando llego descansada de un fin de semana largo o de unas vacaciones, me quedo divertida mirando como van apareciendo uno tras otro los correos con ese simbolito de exclamación rojo que indica que, si no lees y haces algo de forma inmediata, el mundo que te rodea se autodestruirá en breves segundos. Otros solo llevan una linea de FYI divertida....y digo "divertida" porque, si tengo que estar informada me los tengo que leer igual, siendo en realidad que, en la mayoría de las veces, debo conocer el asunto porque algo me toca gestionar también.

Lo reconozco...llevo una época en que este gesto ya no me produce diversión sino que me angustia y me hace tener ganas de marcharme a algún sitio a sembrar plácidamente lechugas y no ocuparme nada más de regarlas y de que el gusano gris de la hortaliza no se las coma antes que yo.

Pues el tío Atonio resulta que regenta un pequeño camping en Cataluña, que tiene alojados a 4 huéspedes mal contados durante todo el año y que en una determinada fecha de verano, le da por animar su humilde establecimiento con la contratación de un músico o grupo musical conocido a nivel internacional...a veces es un DJ bastante conocido...otras a un solista local que empieza a despuntar. Sea como fuera, la semana en que está anunciado el evento, su camping duplica y casi triplica su ocupación haciendo que las veladas en el pequeño bar que atiende lleguen a ser caóticas y estresantes.

A todos los camareros que contrata para esas puntas de trabajo les aconseja lo mismo..."cuanto más gente tengas que atender ve más despacio"....Extraña enseñanza más propia de un budista entrenado que de un pequeño hostelero de la costa brava cuya única formación es la herencia dejada por sus padres en un  minúsculo negocio familiar.

Pero la lógica que conlleva el consejo me parece hasta sagrada....si, cuando tienes más trabajo te equivocas, perderás un tiempo precioso en rectificar y te colapsarás aún más. Si sirves una cerveza a alguien que lleva esperando 15 minutos cuando lo que había pedido es un refresco...no solo te tendrás que enfrentar a su mal humor sino al de las 20 personas que detrás de ella esperaban que sirvieras de una vez la puñetera coca-cola para ser servidos a su vez.

En esta situación de nervios es mejor dejar de "preocuparse" por todo lo que te queda que hacer y, sencíllamente, "ocuparte" de lo que estás haciendo en ese momento.

Ni decir tengo que somos tontos no analizando ni la etimología de las palabras...Preocuparse es ocupar tu mente y tus energías previamente a ocuparte de algo; en cuantas ocasiones nos angustiamos únicamente pensando en todas la tareas que tenemos que realizar en el poco tiempo de que disponemos, que terminamos haciendo bastante menos de la mitad de lo que nuestra capacidad podría asumir?

La técnica es tan sencilla como obvia....échale un vistazo a toda la bandeja de entrada, prioriza las urgencias y acto seguido.....empieza a ocuparte del ranking realizado..una a una...sin prisas...con buena letra; meditando cada respuesta, cada acción sin perder el hilo de los objetivos y hasta dónde se llegue.

Milagrósamente veremos que avanzamos mucho más que si nos pre-ocupamos de esa bola de nieve tan grande que se nos viene encima.

Quiero aprenderme de memoria esta enseñanza...grabarla a fuego sobre mi cansada mente que pide a gritos vacaciones; mañana quiero dejar de pre-ocuparme innecesariamente por todas aquellas cosas que no me dará tiempo a realizar...deseo que mi bandeja de entrada a partir de hoy no me devore el ánimo y, muy al contrario, me ayude a adiestrar mi espíritu para ocuparme de las cosas sin ese maldito miedo al fracaso.


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