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domingo, 28 de julio de 2013

VIAJE A MI INTERIOR O VACACIONES DE UNA MISMA

Llevo semanas paralizada por un cansancio físico e intelectual que me ha arrancado desde las zapatillas de running hasta la capacidad de reinventar las situaciones más negativas para crear sabrosas tortillas a base de darles una y otra vez la vuelta. Mi ritmo de vida ordenadamente desordenado me esta pasando factura y busco con anhelo la llegada de las programadas vacaciones laborales para hacer un reset necesario con el fin de recuperarme a mi misma.

Todos los años dedico un par de semanas a hacer vacaciones de mi misma....desconectar absolutamente de todo lo que no sea vital para mi existencia y recobrar el dialogo interno con mi "yo sabio"; ese que me mira caminando desde unos metros atrás y va diciéndome si voy a pisar un charco o si, por el contrario, voy por la carretera correcta que me llevará a dónde quiero.

El año pasado tuve un volcán de emociones personales que me impidió esas vacaciones....me las plantee igualmente, pero mi ritmo cardíaco y mi nerviosismo ante una situación sentimental no esperada, me hizo replantearme si, en realidad, iban a ser correctamente aprovechadas....porque lo principal para este tiempo de "reflesh" es sentir tranquilidad y no una erupción volcánica llena de altibajos anímicos.

Reconozco que pensar en este recogimiento interior me da miedo y me hace dar un paso hacia atrás por el temor de enfrentarme al mejor coach que tenemos; nosotros mismos..... a una voz segura y de tonos dulces pero contundentes, que no puedes dejar de oír por mucho que lo que te esté diciendo no sea todo lo agradable que uno quiere.

Los inicios en este retiro son duros...más duros de lo que nadie pueda imaginar. Pero cuando has sacado el pasaje de ida sabes bien que será el mejor viaje que puedes planificar,  aunque te encuentres con tormentas, aguaceros, nevadas y caídas existenciales duras en un mar intempestivo y en un barco en el que el único pasajero y tripulante eres tú.

Pero es pisar la escalerilla de abordaje y las piernas empiezan a temblar...En este crucero no hay buffet libre, ni un sobrecargo amable que te redirigirá a tu camarote si te has equivocado de cubierta.  En este viaje...o te orientas tu solito o duermes al raso mientras caen chuzos de punta.

Recuerdo haber pasado días sin poder dormir ni comer tratando de dar fin a un solo pensamiento trascendental y de ponerme a llorar durante horas de puro agotamiento emocional antes de perdonarme a mi misma los errores cometidos o por tener que aceptar la renuncia a algo querido y valioso de mi vida porque es lo mejor para mi crecimiento personal y para mi salud anímica.

No...no son vacaciones en el Caribe precisamente....pero este tipo de "veraneos" han construido esto que soy ahora y que mis amigos tanto valoran en mí; positivismo, capacidad de ver más allá de lo inmediato, generosidad, imaginación y ganas de cambiar los caminos marcados para descubrir nuevos paisajes escondidos.

Para este veraneo llevo poco equipaje...mis pies desnudos para andar cómoda por el parquet de mi casa y la alfombra de mi salón...un pequeño cuaderno dónde anotar mis pensamientos más íntimos, un buen libro de crecimiento personal, algo de zumo de fruta natural y muchos paseos al amanecer respirando profundamente el aire sin sonidos de una ciudad que aún duerme.

En mi mp3 habrá muchos nocturnos, muchos adagios, mucho Mozart y algo de Mike Oldfield (vaya mezcla!!....) para luego, conforme me vaya acercando al puerto de retorno (volveré...eso es seguro) , añadir poco a poco una música que vaya adaptándome de nuevo al "real world" de mi vida física.

Perderé de vista a los amigos que me alegran mi día a día; bichitos encantadores, buenos días y buenas noches ilustrados con bonitas y divertidas imágenes, amenos diálogos sobre la eyaculación precoz de los mosquitos en el tubo fluorescente y grandes filosofadas sobre lo humano y divino o sobre la cuadratura del círculo....dejaré a mis coachees sin guía espiritual hasta mi vuelta (realmente no me necesitáis....y lo sabéis!) y esas personas, a las que tanto estoy unida a nivel emocional, me notarán algo cambiada a mi regreso.

Mi avatar virtual quedará en stand-by durante unos días y confieso que me costará mucho no entreabrir la puerta un poco para ver si se me echa de menos o si, como dice un amigo, tu nivel de popularidad es directamente proporcional a la cantidad de mails que mandas para ser contestados. 

En este viaje me desprenderé de pieles muertas del rostro por tomar el sol sin protección, de durezas en los pies a base de caminar sobre piedras sin el calzado adecuado, y de dolores de alma por no asimilar las circunstancias que aparecen tan deprisa como inesperadamente...tiempo de silencio externo y de muchas conversaciones por dentro...tantas que habrá que hacer un esfuerzo inicial para ordenarlas coherentemente. Será un trayecto hacia mis miedos para quebrarlos y convertirlos en grandes oportunidades disfrazadas con ropas luminosas que solo yo sabré descoser. 

Quiero irme mayor, como mis muchos años de peso en la espalda y volver niña de mirada ilusionada y con ganas de comerse el mundo a mordisquitos o de saborear los presentes mordiéndome divertida el labio inferior por aguantar una sonrisa traviesa. Siento no poder invitar a nadie a acompañarme es este crucero...pero prometo escribir sobre la parte "narrable" de la travesía.

Que nadie sufra...cuando falte poco para el viaje os invitaré a un buen post de despedida con velas, buen vino y mantel blanco bordado con alegres "hasta luego".







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